La Feria Taurina de Murcia ha concluido con los datos -y las sensaciones- más pobres de toda
su historia. Primero se olvidó la idea de convertir a La Condomina en una plaza de temporada y ahora, la reducción
continuada de espectáculos nos ha llevado a que los espectadores sólo acudan
por el factor social. No conocen el Arte de la Tauromaquia. Falta
didáctica, falta conocimiento de lo que es la lidia. Compran su entrada, la
mayoría, sin saber qué toros se van a lidiar, atraídos sólo por los nombres de
algunos toreros y a tomar ese famoso Gin Tonic. Parece que no queremos darnos
cuenta de la falta de afición que poco a poco se va cebando con la Fiesta en
nuestra Región a pesar de tanto BIC.
Esos famosos toreros exigen
elegir la ganadería que van a torear. Buscan, lógicamente, ese «toro artista», olvidándonos de que el
único artista es el Torero, que somete y domina, a un animal bravo, feroz, encastado
y -con esta peligrosa composición- es capaz de crear belleza; es capaz de crear
ARTE.
Pero esto ha derivado en la
comodidad (recuerden el excesivo afeitado de los toros de rejones). Un tipo de
Toro que no moleste, que salga bueno y obediente, y -si sale malo- que no nos
exponga muchos problemas. Por su parte, los ganaderos necesitan vender su
materia prima y los empresarios compran los animales que las figuras quieren,
para que accedan a torear en una Plaza cómoda. No mandan en la Fiesta los ganaderos ni los empresarios sino los
toreros famosos.
No somos conscientes ni del
momento económico por el que atraviesa gran parte de la sociedad española, ni
de la falta de afición que poco a poco se va cebando con la Fiesta en Murcia.
De auténtico chiste lo que
hemos vivido durante los primeros tercios de la lidia. Ya no es cuestión de ver
varas traseras y machacadoras, definitivamente no hemos visto esa suerte de
varas, ha pasado totalmente inadvertida. Además, ¿no es cierto que a casi todos
los toreros les importa muy poco esta circunstancia? Nosotros creemos que sí.
Históricamente se cuenta que
Joselito
y Belmonte fueron dos de los toreros que más se obsesionaban para que saliera a la plaza el TORO íntegro, encastado y con trapío. De hecho, su orgullo torero les
obligaba a ello. En tiempos difíciles urgen las decisiones valientes y firmes.
Urge ver a Maestros con la casta de José y Juan para exigir el TORO-TORO. Deberían ser Maestros de la
talla de El Juli, Morante, Manzanares,
Talavante y Castella quienes se disputaran los toros de Fuente Ymbro, Cebada Gago, Cuadri, Miura,
Dolores Aguirre…
Estamos de acuerdo cuando
afirmamos que “si no queremos que la
Fiesta vaya decayendo a una velocidad superior a sus perspectivas de futuro, la
Tauromaquia debe ser contemporánea.”
Debemos contagiar de nuevo a
la sociedad que el TOREO es parte de
nuestra vida. Desde nuestra posición de asociaciones
taurinas debemos de contribuir a enseñar la Cultura sobre el Toro Bravo y su lidia.
Si no intentamos cambiar
todo esto; si no se recupera la casta brava y la emoción, seguiremos
aburriéndonos y el público acudirá cada vez menos a las Plazas. La Fiesta
estará herida de muerte, ojalá nos equivoquemos.
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