La Asociación Cultural Taurina “A
Porta Gayola de Blanca” considera que la promoción de la Fiesta de los Toros y
el fomento de la afición en nuestro municipio tienen como punto de partida la
difusión y la defensa positiva y contundente de la Feria Taurina de Blanca y
las actividades culturales y artísticas que de ella derivan. Esto, y hasta la
fecha, creemos que no se ha producido por parte del nuevo gobierno local como
debiera. Sin duda, es un error.
Días atrás nos enterábamos –por
distintos medios de comunicación y otras fuentes ajenas a nuestro ayuntamiento—
que Pedro Luis Molina, alcalde de Blanca, daría a conocer entre “lunes y
martes” el nombre de la empresa a la que se le ofrecería la posibilidad de
organizar la Feria Taurina de Blanca 2015. Pues bien, el desconcierto sigue
reinando en torno al futuro de nuestra fiesta más solemne que, por si alguien
anda desorientado, es la FIESTA DE LOS TOROS.
Si ha prosperado, sin embargo,
tanto el autor como el lugar y la fecha en la que se presentará el cartel
anunciador del encierro de Blanca 2015. Algo es algo. Será el próximo miércoles
en el Museo Arqueológico de Murcia (allí se presentó también la última feria
gestionada por Juan Reverte) donde conoceremos los detalles de la obra de Fidel
Molina, pintor de excelente gusto y contrastado aficionado de Blanca. La
designación del artista blanqueño supone, sin lugar a dudas, una extraordinaria
noticia y un mayor acierto del que nos alegramos enormemente.
No sé si están por la labor de seguir
construyendo el proyecto “Blanca, Villa del Toro”. Por Blanca, y manteniendo al
margen satisfacciones personales, esperemos que así sea. La apatía por
continuar con dicho propósito se pone de manifiesto cuando comprobamos la
pasividad a la hora de tomar una decisión que empieza a ser urgente. Igual son
capaces de llegar a conclusiones guiados por “Gumer” pero si, quizás, contaran
con alguien capacitado y dispuesto para comentarles que “esto” del toro se
mueve por fechas, que nuestra feria se desarrolla en una de las épocas más
taurinas del calendario, que los apoderados necesitan urgentemente cuadrar
fechas para sus pupilos y continuar, de este modo, la programación de sus
respectivas temporadas. Además de todo esto, se requiere de un proceso de
promoción y organización de acontecimientos complementarios, etc… Si el
asesoramiento fuera así, seguro que ahorrarían en planteamientos infructuosos.
No tenemos la certeza de cuál será el devenir de este
asunto. Lo que si debe de quedar claro, una vez más, es nuestra más absoluta
disposición para construir, entre todos, un ciclo acorde a lo establecido la
temporada pasada.
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