Blanca ha estado vinculada al
Arte de la Tauromaquia desde tiempos inmemoriales. Tanto en la plaza como en la
calle, el toro ha sido punto de encuentro para todos los blanqueños y
visitantes que se rinden, año tras año, a la belleza dibujada en sus calles y
rincones gracias a la Fiesta Brava, identidad irrefutable de nuestra Villa. Así
ha sido y, les garantizo, así será.
La Tauromaquia no necesita ser
contrastada. Basta una tarde en un tendido para percibir con orgullo y
exaltación el poder y mando de un hombre sobre la bravura desmesurada de un
toro. Ernest Hemingway, Orson Welles, Marlene Dietrich, Picasso, Agustín Lara,
Vargas Llosa... grandes del mundo del cine, la literatura, la música, la
pintura que pusieron de relieve la universalidad del toreo y que pueden
contrastar, para aquellos incrédulos sectarios, la grandeza del Arte más puro.
Más de veinte millones de
personas engalanan las plazas de toros en España durante su temporada taurina.
De manera más concreta, Blanca “Villa del Toro” cerró la pasada Feria Taurina
en honor a su patrón San Roque con un éxito de público significativo, sembrando
así un proyecto que lograba aportar una ilusión renovada y que, sin duda,
extendía una tendencia a aprovechar en años venideros. El aficionado supo
responder al buen hacer de Antonio Soler. Un empresario, o como él dice, un
aficionado que se atiborró de ánimo y confianza para ofrecerle a Blanca una
feria taurina, la más exitosa en años.
¿Qué consistorio desaprovecharía
tal iniciativa? ¿Qué individuos pueden estar esbozando a inicios de julio el
cómo plantear algo ya establecido?
Como publica Jesús Cano Melgarejo
en “Tendido de Sol” o Antonio González Barnés en “El Muletazo”, varios son los
propósitos destructivos y varias las personas que están metiendo el dedo en la
llaga de una feria tan inmortal como inalterable para Blanca y los blanqueños.
La incapacidad contrastada de estos “gestores” no les capacita para abanderar
este proyecto sin el apoyo de aficionados y profesionales del mundo del toro,
que ya se han ofrecido para colaborar y participar de un ciclo que siga estando
a la altura de Blanca, “Villa del Toro”. Sus oídos sordos, desde luego, no nos silenciarán.
Mucho se ha hablado de que un
auxiliar de enfermería, por intereses francamente personales, parece estar
llevando de la mano a Pedro Luis Molina Cano, nuevo alcalde de Blanca. A este
señor, docto y maestro de los entresijos taurinos de la noche a la mañana, “le encanta estar metido en esto del toro,
fijar los precios de los médicos, luego sorprendente a la hora de pagarlos lo
que se pueden contrastar, perdedor como
PSOE en las dos últimas legislativas ante el PP que se llama Gumersindo Miñano Miñano.” (elmuletazo.com)
Otros ayuntamientos con férreos
gobiernos socialistas han logrado convertirse en la capital del Toro en la
Región. Hablo de Calasparra. Como decía Juncal: “Tomo nota”. Ojalá llegue
pronto esa ansiada cordura a un consistorio del que poco, o nada, se sabe en
cuanto al cómo o con quién se dispone a afrontar cuatro largos años de
legislatura, y lo más triste es que, ya no solo en cuanto a la Tauromaquia se
refiere. Esos son ya otros cantares.
Ha llegado el momento de unir
esfuerzos, objetivos y sentidos para no dejar pasar ni un ápice de
antitaurinismo a nuestro ayuntamiento. La unión taurina es algo fundamental. Ya
no se trata de una opción. Blanca seguirá denominándose con orgullo: “BLANCA, VILLA DEL TORO”.
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