Más de un centenar de jóvenes se dieron cita el pasado sábado en la finca que Antonio Soler tiene en Villanueva del Río Segura. Allí, se celebró un tentadero -organizado por la Escuela de Tauromaquia de la Región de Murcia- orientado a aunar fuerzas con los jóvenes a favor de la Fiesta.
Estos jóvenes, pertenecientes a las asociaciones taurinas de “A Porta Gayola” de Blanca, “Tentadero Murcia” y “AETOBRA”, pudieron disfrutar del baile de los capotes y las caricias de las muletas de los alumnos de la ET, quienes tentaron varias becerras.
El matador de toros Juan Belda y el novillero Alejandro Caravaca tampoco quisieron perderse esta importante cita con la juventud y la Tauromaquia.
El diestro murciano Rafael Rubio "Rafaelillo", que en todo momento prestó su apoyo para que este día pudiera celebrarse, jaleó –como ya es de costumbre en él- con entusiasmo las labores ante los animales de todos los alumnos, dirigidos por su maestro y director artístico, Pepín Liria.
Y es que cada vez somos más los jóvenes aficionados e implicados a los toros, y el primer fruto de esta importante respuesta por parte de los jóvenes en pro de los Toros es que por fin –más vale tarde que nunca-comienza a existir una conciencia real de que los jóvenes son un factor fundamental e imprescindible en el presente y futuro de la fiesta.
Cuando después de compartir una jornada taurina como la del sábado en Villanueva llega un amigo y te propone que se organicen más quedadas como esta o incluso que le lleves a los Toros, te llegan a la mente diversos pensamientos o recuerdos raramente contrastados. Y digo raramente porque, a pesar de ser un proyecto que aún se está gestando, ya ha conseguido crear una curiosidad entre las nuevas generaciones.
Ahora, debemos de dejar que el “bendito veneno” de la Tauromaquia vaya haciendo efecto en este grupo de jóvenes que viene rodeado de un aura fresca especial, con ganas de actuar, con ganas de aprender, de enseñar y lo más importante, con ganas de ser escuchado y poder reivindicar contra aquellas voces discordantes que necesitan, por unos motivos o por otros, borrar de nuestra sociedad una de las Culturas con más sentimientos que a lo largo de nuestra historia ha logrado forjar el hombre.
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